El juzgado de Instrucción 11 de Sevilla ha citado a declarar a los dos imputados en una presunta estafa piramidal relacionada con apuestas deportivas cruzadas, en la que el principal acusado, podría estar implicado también en la conocida como red de “falsos fiscales”.
Así, el juzgado tomará este martes declaración a los dos implicados, mientras que la próxima semana testificarán once testigos, siendo al menos cuatro de ellos los afectados por esta trama.
Así, según los denunciantes, Pablo G. ofreció a los afectados apuestas seguras y cruzadas, con rentabilidades distintas según los casos, y que fue la detención de Aitor I. A. -alias Antonio, el fiscal en prisión por su relación con la red de fiscales-, la que les alertó de poder estar ante una posible estafa.
Este grupo de afectados, vecinos de Gines y con edades comprendidas entre 37 y 65 años, presentó una denuncia por una posible estafa ante los juzgados contra Pablo G. P, tras haber entregado a éste unos 40.000 euros para invertirlos en apuestas deportivas seguras, conocidas como trading deportivo o sure bet.
Según informan los letrados de los afectados, Miguel Salas y María José Moyano, del despacho Salas&Donaire, los afectados le informaron que en abril de 2011 Pablo G. P. se puso en contacto con uno de ellos para participar en dos negocios con rentabilidades muy interesantes.
Dos negocios
Primero, la peña de lotería NewAlternative, asegurándole que todo el capital invertido le rentaría un 90% de los beneficios obtenidos con su capital, y en la que sólo uno de los afectados invirtió. Al no rentar, Pablo le ofreció un “negocio de éxito seguro”, unas “apuestas cruzadas” que básicamente consistían en jugar resultados contrarios a un mismo evento deportivo en dos casas de apuestas.
Por un lado, en la plataforma privada creada por el denunciado, Tripleapuesta (TAC para los usuarios), y por otro, en una casa de apuestas on line completamente lícita y muy conocida -Betfair-. Parece que el “gancho” era una calculadora que el denunciado habría creado y cuyo resultado aseguraba el éxito en las apuestas, pues éstas eran dictadas por aquel o su novia R. B. a los afectados mediante un chat privado.
Paralelamente, y al parecer respaldándose en el hecho de ser partner de Betfair y de poder beneficiarse de otros productos de alta rentabilidad, les ofreció la posibilidad de invertir en su propio nombre el capital que ellos le entregasen, los cuales estaban “íntegramente garantizados” y con una “altísima” rentabilidad variable según el inversor, todo ello conforme a los “contratos de mutuo” que el denunciado firmó con cada uno de los denunciantes.
Las cantidades invertidas en los distintos negocios fueron en algunos casos ingresadas en la cuenta bancaria de New Alternative Product SL -cuyo administrador único es Pablo G. y cuyo objeto social no tiene nada que ver con la actividad de las apuestas- o entregadas directamente al denunciado, que nunca abonó los beneficios prometidos ni devolvió las inversiones, a excepción de 3.600 euros con los que se “enganchó” a uno de los afectados y con él, a todos los demás.
Las excusas para la falta de abono, además de apuntar a los bloqueos de las cuentas, llegaron a incluir incluso otra red de estafa piramidal detectada en Valencia, el fraude de Alzira (por el que permanece en prisión el empresario Alberto Castillo).
Los afectados presentaron la denuncia después de que una de las víctimas acudiera a una reunión en la que estaban Aitor I. A. y un exdiputado del PSOE, también víctima de la estafa, en la que presuntamente se iba a incorporar otro inversor al negocio. La detención de Aitor y el interrogatorio de la víctima confirmaron las irregularidades de estas apuestas cruzadas.