“Las modas pasan y lo importante es lo que queda”, afirmó la bailaora Isabel Bayón, a la hora de explicar el sentido de sus ‘Caprichos del tiempo’, espectáculo que estrena este miércoles en el Teatro Villamarta, dentro del XVII Festival de Jerez. La oferta del certamen para esta jornada cuenta, además, con otros atractivos: el baile de Ángeles Gabaldón se moverá a ‘Contra corriente’ en Sala Compañía y Rancapino Chico mostrará sus dotes de cantaor sin amplificación acústica en el ciclo ‘Los concierto de Palacio’ que tiene lugar en el Palacio de Villavicencio.
“Este espectáculo que estreno en el Festival de Jerez está inspirado en el concepto tiempo, tanto en el cronológico como en el rítmico; en cómo influye en nosotros, en la vida, en todo y, por supuesto, en el flamenco”, precisó Isabel Bayón en la presentación ante los medios de comunicación. “El tiempo nos da y nos quita y pone también las cosas en su sitio”, añadió.
De ahí que ella reivindique la atemporalidad del flamenco con sus ‘Caprichos del tiempo’ y libere así su baile de las ‘imposiciones’ de la moda. Esa actitud la conduce a mirar hacia atrás, hacia la historia flamenca con una amplitud de miras en cualquiera de sus facetas. Y en esta retrospectiva artística se ha topado con los grandes del género, con “las cosas buenas que se quedan ahí” y no desaparecen. Su objetivo, en estos ‘Caprichos del tiempo’, es ponerlo en valor y “conjugarlo con lo de ahora” sobre el escenario. Piezas estéticas de ayer con una sensibilidad de hoy.
En ese recorrido a través del tiempo aparecen personalidades que fueron más allá de las convenciones de su época. Entre estos ‘adelantaos’ del flamenco, Isabel Bayón incluye a Sabicas, Paco de Lucía, Ramón Montoya y Manuel Vallejo, maestros que lograron ensanchar la senda de este arte y a los que, de alguna forma, el espectáculo de la bailaora sevillana, rinde homenaje. En cualquier caso, no es un homenaje nostálgico, sino con proyección de futuro.
Isabel Bayón bailará por abandolao, farruca, seguiriya, guajira y alegrías, entre otros estilos. No se olvidará de utilizar la bata de cola ni el sombrero. Estará acompañada al cante por David Lagos y Londro, las guitarras de Jesús Torres y Juan Requena y la percusión de José Carrasco. “Son gente con la que me siento a gusto y disfruto. Todos aportan”, dijo la bailaora sobre su elenco artístico.
A diferencia de otras ocasiones, en ‘Caprichos del tiempo’ no ha contado con directores artísticos o escénicos. “Puede que eche de menos una visión de fuera. Es importante contar con otras referencias, con otra mirada”, señaló. Tras confesar que descartó este tipo de colaboraciones “influenciada por las circunstancias” económicas, añadió que cuenta con la ventaja de “sentirme un poco más libre”.
Una fiesta de tres
“Una fiesta se hace con tres personas: uno baila, otro canta y el otro toca”. Esta máxima de Manuel Machado la ha aplicado a rajatabla la bailaora Ángeles Gabaldón en su espectáculo ‘Contra corriente’ que podrá verse en Sala Compañía, dentro del ciclo ‘Solos en Compañía: Muy flamencos’. El trío artístico lo completa David Lagos (cante) y Rafael Rodríguez ‘El Cabeza’ (guitarra).
Según Gabaldón, ‘Contra corriente’ “busca en la sencillez la raíz de la fiesta”, que considera el ámbito por excelencia del flamenco. Sin embargo, su propuesta escénica va más allá del minimalismo aparente. Por un lado, pretende rescatar “el uso de los complementos que se fueron añadiendo al baile a lo largo de la historia” y, por otro, fija su atención en aquellos palos que “marcaron una época” y que, en la actualidad, son poco interpretados. Entre ellos, garrotín, zambra, petenera y pregones.
El XVII Festival de Jerez incluye también en su programación la presencia del cantaor Alonso Núñez ‘Rancapino Chico’, que forma parte del ciclo ‘Los conciertos de Palacio’ que se celebran en el Palacio de Villavicencio. El hijo de Rancapino estará acompañado a la guitarra por Manuel Jero. Malagueñas, alegrías y bulerías será alguno de los estilos que interpretará el cantaor de Chiclana.
“Como mi padre, ninguno”, aseguró con rotundidad sobre la herencia familiar. No obstante, dijo estar abiertas a otras influencias como, por ejemplo, la de los cantaores de Jerez, ciudad a la que considera “cuna del flamenco”.