El CAI Zaragoza dejó claro que está en su mejor temporada y lo hizo imponiéndose a Lagun Aro GBC (86-74), un rival al que tan solo había sido capaz de superar en una ocasión en sus enfrentamientos anteriores y lo hizo con claridad con lo que iguala su mejor registro histórico de victorias en la Liga Endesa a falta todavía de seis jornadas por disputar.
El conjunto zaragozano consolidó un poco más sus opciones de disputar su primer playoff y ahora lo que deberá intentar es mejorar lo máximo posible su posición final para tener el mejor cruce posible en la eliminatoria de cuartos.
Los dos equipos comenzaron sin cometer apenas fallos en sus lanzamientos y buscando el juego con balones interiores, en una excelente lucha entre Henk Norel y David Doblas, que no desaprovechaba ninguno, lo que provocó un intercambio de canastas sin que ninguno de los dos contendientes pudiese abrir brecha en el marcador.
Los donostiarras empezaron a tener más problemas para anotar con la intensa defensa local lo que unido a su acierto en ataque les permitió lograr un parcial de 10-2 que les dio la primera ventaja clara en el marcador (17-12), pero su rival no bajaba los brazos y consiguió finalizar el primer cuarto con empate.
El equipo de Sito Alonso se mostraba especialmente intenso en sus acciones defensivas lo que le hizo cargarse de faltas, sobre todo por parte de algunos hombres claves como Ibekwe, Paunic, Doblas y sobre todo un desdibujado Morris Finley que se fue al descanso sin anotar y sin ser capaz de marcar las diferencias a favor de su equipo.
Los locales mantenían un elevado ritmo de juego que empezaba a pasar factura a sus rivales y se quedaron a las puertas de alcanzar la barrera de los diez puntos (38-29), pero tres ataques consecutivos fallados estuvieron a punto de darle vida a los visitantes que terminaron marchándose al vestuario ocho puntos por debajo.
En el regreso a la pista, los guipuzcoanos dejaron claro en seguida a su rival que no le iban a permitir ninguna relajación y con un parcial de 0-8 pusieron en menos de dos minutos la igualada en el marcador.
Abós se vio obligado a parar el juego y pedir a sus hombres más tensión, y no le desoyeron porque respondieron con un parcial de 8-2 que les devolvía el control del encuentro, en un momento del encuentro en el que Damjan Rudez asumió todos los galones anotando once puntos, capturando rebotes y dando asistencias.
Los visitantes intentaron elevar todavía más su intensidad en los diez últimos minutos, pero rápidamente se encontraron con la cuarta personal que daba opción de tiros libres a su rival.
Los zaragozanos no se dejaron intimidar por la intensidad defensiva de los vascos que presionaban en toda la pista pero poco a poco fueron incrementando su ventaja y estiraron su ventaja por encima de la quincena de puntos a falta de cinco minutos que dejaban prácticamente sentenciado el choque.
Los rojillos llegaron a contar hasta con dieciocho puntos (80-62) que finalmente se redujeron a los doce con los que sumaron su decimosexta victoria de la temporada.