Un total de 35 niños de familias rondeñas situadas bajo el umbral de la pobreza son los primeros beneficiarios en toda la comarca de las medidas contempladas por el famoso decreto de exclusión social de la Junta, que ha tenido una enorme repercusión ante la opinión pública al pretender garantizar tres comidas para los niños de las familias más necesitadas.
En concreto, el colegio Virgen de la Cabeza es uno de los 20 centros de toda Málaga que participan en la experiencia piloto del llamado Plan Extraordinario de Solidaridad y Garantía Alimentaria, previsto por dicho decreto: “De momento se están beneficiando alumnos de una lista cerrada que ha remitido al centro la Junta de Andalucía, y que se corresponde con los alumnos que ya comen gratuitamente en el comedor escolar, de familias que apenas tienen ingresos”, explicó Evaristo Jiménez, el director del colegio, al tiempo que precisó que la experiencia piloto durará, de momento, hasta final de curso, las próximas tres semanas. Sin embargo, desde el 1 de septiembre, todas aquellas familias que deseen ser beneficiarias de este programa podrán solicitar ser incluidas en el mismo a través de los Servicios Sociales del Ayuntamiento; desde entonces, el colegio podría ofrecer esas tres comidas gratuitas a más de 70 de sus alumnos e incluso también a estudiantes del Pérez de Guzmán. Parece que durante el verano también podría funcionar el programa.
Desde principios de la semana pasada, los alumnos del comedor reciben cada mediodía al marcharse del centro una bolsa de papel donde se incluyen “productos líquidos, como batidos y zumos, bollos de pan y sandwiches, fiambre y frutas”. Un par de profesores preparan cada día estas bolsas de acuerdo a un cuadrante de comidas preparado por la administración regional: “Se trata de la merienda de ese día y del desayuno del día siguiente”, explicó el director del centro.
TAMBIÉN LOS ANCIANOS
Del mismo modo, el lunes pasado se puso en marcha en el Centro de Participación Activa para Mayores un servicio de menús a bajo precio, dentro del llamado plan de comidas bonificadas. Así, los jubilados mayores de 65 años que dispongan de las tarjetas T65, bien la tarjeta Oro o las tarjetas verdes, podrán comer cada día tres platos y postres a bajo precio. En concreto, quienes posean la T65 Oro, aquellos mayores que perciben mensualmente menos de 400 euros, podrán acceder a este menú por 2,42 euros al día; quienes posean la tarjeta verde lo pueden hacer por 4,83 euros: “Es importante tener la tarjeta para acceder a estos menús. Quienes no la tengan, pueden tramitarla en el centro”, recordó Carmela Ramírez, la directora del mismo.
De momento son una decena de ancianos quienes ya reciben diariamente estos menús: “No es necesario que coman en el centro. Pueden retirar la comida si lo desean, presentando la tarjeta los propios ancianos o sus familiares o cuidadores, para que coman en casa”, concluyó Ramírez.