Las prisas no son buenas consejeras, y menos para el que cuenta los céntimos con dedicación plena y de manera casi obsesiva. Hay que fichar, pero hay que hilar fino. Demasiado fino porque a la obligación de incorporar futbolistas a los puestos carentes, hay que sumar las otras limitaciones: las económicas. Donde un error, lejos de terminar de arreglar la situación, cargaría unos gastos a la postre decisivos para poder aventurarse en parchear lo parcheado.
El ajetreado e inestable verano padecido, por acción o por omisión, imposibilitó maniobrar de manera libre en la composición de un equipo que paga las consecuencias en tiempo real varios meses después.
Encorsetado, entonces, debe ahora dar solución con la competición ya empezada. Cubierta la portería, la defensa se centra como una de las zonas donde hay que fichar sí o sí. Lo dicen los aficionados, los técnicos y el propio club.
La inesperada e inoportuna lesión de Melo, ha terminado por desmontar una demarcación que necesita urgentemente apuntalarse cuanto antes. En una categoría como la Preferente donde la veteranía, los espacios reducidos y las segundas jugadas tienen un papel fundamental, reforzar la defensa debe ser más que una necesidad de primer orden.
Ni que decir tiene que la delantera se apunta a que sea otra de las demarcaciones que necesitan complementar.
Un problema contagioso
El peligro de no tener cerrada la plantilla, padecer expulsiones, infinitas lesiones musculares o cualquier otro contratiempo, lejos de estacionarse en la primera plantilla, empieza a volverse en contra de los equipos formativos.
El problema del primer equipo comienza a influir en el discurrir de los equipos inferiores que padecen la fuga de jugadores que deben dar el salto de forma inmediata para completar convocatorias o en el mejor de los casos, tener algunos minutos.
Éste fue el caso de Isaías -autor del segundo gol- que lo viene haciendo con el Portuense B. O Neva y Cárdena que jugaron en la tarde del sábado con el Juvenil A de Carlos Camacho ante el San Fernando (2-0). Los tres mostraron su personalidad y dejaron su sello para próximas convocatorias.
Jóvenes promesas que obligatoriamente deben dar el salto y que en situaciones normales lo harían sin el deber de la responsabilidad ni la urgencias que mandan las adversidades.
Con un mercado abierto donde las bajas y las altas no entienden de fechas, el Portuense ajusta su agenda en la búsqueda de futbolistas. Eso sí, low cost que mantengan el equilibrio económico, pero que presten y solucionen las carencias con las que a día de hoy cuenta el equipo.
