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Lo que yo te diga... del Carnaval

El balance de Carnaval, el mío, el extraoficial, claro está, difiere claramente con el facilitado por el que controla, maneja y organiza la fiesta

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Luis Miguel Morales | El balance de Carnaval, el mío, el extraoficial, claro está, difiere claramente con el facilitado por el que controla, maneja y organiza la fiesta, éste me deja dos carnavales en uno. Y dos bien diferentes y los dos con sensaciones encontradas y altamente variados.

Me explico.  Aquí que estamos acostumbrados a bipolarizarlo todo, los que suben con los que bajan, los del blanco y los del negro y los carnavales, cómo no, no podían quedarse al margen.

El oficial y el de la calle, que aunque se tenga la misma dirección, poco o nada tienen que ver. 

Amigo Quique, con la cabeza ya puesta en la Semana Santa, seguimos sin ver las señales que nos marcan los aficionados desde hace ya bastante tiempo y seguimos sin un oír las voces contrarias para seguir manteniendo la respiración artificial de un certamen caduco y artificial. 

Y eso, compañero, que como fiel defensor de una competencia y más carnavalera, hoy por hoy no tiene más sentido que su disolución o su reinvención total. O una cosa u otra, así es arrastrar un certamen que decae y denigra su esencia y su fin.

Celebrarlo de otra manera porque no puede ni debe tener mayor recorrido haciendo lo que se viene haciendo. Con menos medios de comunicación cubriendo el concurso, menos difusión  y con menos público -otro año más- a nadie escapa que aunque se haya acortado en un día las sesiones, éstas no contentan absolutamente a nadie.

Hay voces que hablan abiertamente de suprimirlo. Otros que hay que hacerlo exclusivamente de comparsas y chirigotas. Este argumento se llevó por delante a la Asociación de Autores y Directores que primero se marcharon del Consejo del Carnaval y después se disolvieron, incluso, como ente.

Hoy por hoy en el Consejo no hay ya autores que ofrezcan alternativas ni otras ideas. De eso ya no queda.

Eso en el Teatro, en la calle es otro tema bien diferente porque lo que se vive en ella, sin tener todavía las grandes citas anejas, sí que engrandece la fiesta como debiera y es la que abiertamente, sin complejos, se debiera apostar de manera firme y decidida para dar realmente en ésta todo su significado y su razón auténtica de ser.

En cuanto al ambiente de las cabalgatas, seguimos echando la culpa al prójimo y continuamos viendo en los demás nuestro problema. Participación.

Amigo Quique, ahora que la gente no respeta ni que estamos en Carnaval, el humor es la mejor receta para llevar el día a día y los problemas y los balances, como cada uno  tiene uno, que cada cual disfrute como buenamente pueda.

Quique Pedregal | Cierto es, querido Luismi, que si no hubiera sido porque la climatología dio una tregua, el Carnaval habría sido bastante triste.

En mi opinión, que es de lo que se trata en este “lo que yo te diga”, el carnaval portuense tiene muchas cosas que recuperar o renovar. Aquí sí opino como tú.

En primer lugar, el mini Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas debe ser revisado con mucha paciencia y mucho cariño. Un COAC en el que no participan los autores, por los motivos que tú has explicado más arriba, es difícilmente sostenible.

No se puede consentir que el Teatro esté semivacío para disfrutar de una final que se supone tiene gran categoría. O se regalan las entradas y se asume el gasto que conlleva, o me temo que el futuro del concurso está sentenciado.

No olvidemos que el Carnaval de Cádiz, y el concurso que lleva adosado, ocupa una gran franja en los medios de comunicación provinciales y regionales. La gente, el aficionado, el público, está más que saturado un mes después de haber visualizado por tierra, mar y aire, las agrupaciones presentadas al Falla, sean punteras o no.

Con respecto a las actividades programadas, nada que objetar. El sábado se vio ambiente de carnaval por el centro de la ciudad, cosa que está muy bien. ¿Que podía ser mejor? Claro, pero eso no depende solo del Ayuntamiento.

Y la cabalgata. Esto también merece una vuelta de tuerca. A mí no me pareció tan horrorosa como dicen por ahí, la verdad, pero vi poca participación en las carrozas y escuché muy pocas coplas de carnaval.

La música a todo trapo procedente de las carrozas no hacía sino incordiar la posibilidad de escuchar a las agrupaciones… las que estaban, obviamente.

Decisiones, decisiones y decisiones que parece que no se toman. Y por fin, aunque fuera por carnaval, Muñoz Seca y Alberti juntos. El año que viene, mejor, Luismi. Lo que yo te diga.

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