Las médicos forenses que han declarado este jueves en el juicio con jurado contra Francisco Salvador S.G., acusado de asesinar a su expareja Antonia G.A. en su casa de Huércal de Almería (Almería) en enero de 2017, han constatado el ensañamiento en el ataque en base la exploración pericial sobre el cuerpo de la víctima, que presentaba un número "casi incontable" de heridas compatibles con una agresión sexual y con intentos de la mujer por defenderse al menos durante "20 minutos o media hora" del agresor antes de que se produjera una "herida mortal de necesidad" en el cuello, aunque todas las lesiones estaban "relacionadas entre sí".
Durante la cuarta sesión la vista oral, las facultativas han asegurado que el cuerpo presentaba el mayor número de lesiones visto en los últimos 20 años tanto por los golpes como las heridas cortantes --hasta 66--, de forma que, según su pericia, han señalado que la hipótesis más probable es que la víctima fuera "sorprendida cuando dormía" en la cama por su atacante, movido por un "interés sexual" ante el que ella se resistió.
A partir de ahí, las forenses señalan la intervención "alterna" de objetos como una lámpara, un cuchillo y un portarretratos de cerámica "en un contexto de rabia" y de "continuo movimiento" con el que se da la agresión, durante la cual el hombre habría tapado la boca de la víctima para evitar que gritara. En este sentido, se llegó a usar un trozo de cerámica rota para cortarle la lengua. También han destacado importantes heridas en antebrazos y palmas de las manos de la mujer, en su intento de repeler la agresión.
Sería así, tras la agresión sexual constatada por la presencia de ADN del agresor en el fondo de la vagina, cuando el atacante acabaría con la vida de la mujer "cortándole el cuello" y "llevándose por delante toda la estructura" del mismo, para lo que tuvo que imprimir una "fuerza importante" dado que se llegó a "romper el hueso". Asimismo, las forenses han señalado que la mutilación de los genitales de la víctima se produjo una vez había fallecido.
Las peritos han rechazado rotundamente que una persona que hubiera ingerido una gran cantidad de alcohol, tal y como ha defendido el acusado durante el juicio, no habría podido realizar este tipo de ataque mortal, que se habría iniciado según las testificales anteriores sobre las 7,15 horas y que dio como lugar el fallecimiento de Antonia sobre las 8,00 horas.
EL ACUSADO, UN HOMBRE CON UNA "ADAPTACIÓN NORMAL"
En cuanto al resultado de las entrevistas personales y de los test efectuados al acusado para evaluar su estado mental, las forenses han apuntado que si bien presentaba un coeficiente intelectual ligeramente por debajo de la media --de 68 puntos ante una media normal de 70--, el hombre se encuentra "perfectamente adaptado" y no tenía alteradas sus capacidades intelectivas ni volitivas.
"Hay una serie de actuaciones que dicen que el individuo no tiene un retraso mental", han recalcado durante su declaración al señalar que el acusado habría "simulado" durante las pruebas ser menos inteligente puesto que, en realidad, hacía "vida normal", "trabaja", "tiene amigos", "sabe usar medios de transporte" y tenía "página de Facebook", entre otros elementos.
Igualmente, han rechazado que pudiera darse una pérdida de memoria como la que alegó al inicio del juicio al indicar no recordar nada de la noche de los hechos desde que tomaba copas de Níjar hasta después de ser detenido; toda vez que han señalado que, durante sus entrevistas, profundizó en sus declaraciones y reconoció saber que había pasado por el Hospital Torrecárdenas y haber pedido el alta voluntaria, así como haber llegado hasta la puerta de la vivienda de la víctima en Huércal. "Nos dijo que tenía llaves", han detallado además.
"No existe en la medicina ninguna enfermedad que te quite la memoria durante una hora u hora y media", han aseverado las forenses, quienes han precisado que el patrón de "comportamiento antisocial" que le fue identificado por la psicóloga de la prisión le lleva a "no seguir las normas" para "satisfacer sus necesidades y deseos", para lo que "engaña, miente y manipula"; cuestión que no estaría reñida con un bajo nivel de inteligencia, según han interpretado.
LA MADRE DE LA VÍCTIMA: "NOS DIJO UNA SARTA DE MENTIRAS"
Durante la sesión también han declarados los familiares directos de la víctima, quienes se han visto arropados por un nutrido grupo de vecinas de Canjáyar --su localidad natal--, quienes a las puertas de la Audiencia Provincial de Almería han exhibido varias pancartas contra la violencia de género, han pedido "justicia para Toñi" y se han mostrado partidarias de la prisión permanente revisable que la acusación particular y la Fiscalía interesan para el encausado.
La madre de la víctima ha trasladado en sala que el acusado, desde el principio y en los pocos contactos que mantuvieron con él, se dedicó a contar una "sarta de mentiras" sobre sus orígenes, su familia y sus posesiones, aunque de ello tuvieron constancia después dado que, para ellos, era un hombre "normal y corriente". "No sabía que este energúmeno iba a hacer lo que hizo con mi hija", ha manifestado.
Tanto la mujer como el padre y los hermanos de la víctima han considerado "imposible" que la chica entregara uno de los cinco juegos de llaves que guardaba en el cajetín junto a la entrada al acusado al tiempo que han constatado que la relación entre ellos finalizó el día 25 de diciembre, según les trasladó la joven a su madre y a su hermana durante esas vacaciones de Navidad.
"Le dije que no me gustaba, que no se fuera a enrollar con él y cuando llegó a su casa --el día 25 de diciembre-- me mandó un Whatsapp y me dijo que como pareja no seguían", ha narrado la progenitora de la víctima antes de que la hermana apuntara en su declaración que el acusado se tomó bien el fin de la relación.
La familia de Antonia ha detallado que el acusado, que en un primer momento se presentó ante ellos con una identidad falsa, infundía "pena" en su hermana ya que, según explicaba, su padre había muerto recientemente. Al mismo tiempo, alardeaba ante ellos de tener viviendas en la capital almeriense, fincas con olivos y vehículos de lujo. "Más que infantil era un fanfarrón", ha dicho la hermana de la víctima, quien ha identificado que el hombre usó al menos tres perfiles falsos de Facebook para tratar de acercarse a su hermana.
SE TOMÓ UN CAFÉ Y JUGÓ A LAS TRAGAPERRAS ANTES DEL CRIMEN
Durante las declaraciones, nuevos testimonios han corroborado el estado en el que el acusado se encontraba antes de la comisión del crimen, de modo que el camarero que le atendió sobre las 6,20 horas en un salón de juegos cercano a la casa de la víctima después de que el hombre abandonara con un alta voluntaria el Hospital Torrecárdenas ha indicado que el hombre estuvo allí, se tomó un café y estuvo jugando a las máquinas.
"En la máquina en la que estaba jugando no tienes pantalones de meter una moneda si estás borracho", ha recalcado el camarero, quien ha indicado que conocía al acusado con anterioridad por haber trabajado en otro local de Níjar, aunque llevaba tres o cuatro meses sin verlo. "Me sorprendió verlo porque sabía que no tenía carné y venía andando".
Según ha explicado, el acusado le dijo que había estado en Torrecárdenas debido a una "subida de azúcar", y que tenía aspecto "cansado", pero "no olía a alcohol". "Nunca le he servido alcohol, solo café o Fanta de naranja", ha apostillado, antes de explicar que tras cargarle el móvil durante unos minutos, el hombre se fue de allí tras insinuar que tenía "una exnovia" que le podía ayudar a volver a su casa.