El título de Liga del Atlético de Madrid significó el éxito de un bloque, un proyecto y un estilo, dirigido desde el banquillo por el argentino Diego Simeone, con el equipo por encima de las individualidades y con el mantenimiento de buena parte de la estructura de la plantilla desde su llegada al club hasta hoy.
Diez de los catorce futbolistas con minutos en la última jornada en el Camp Nou ante el Barcelona y nueve de los titulares ya estaban en el equipo cuando la entidad fichó al técnico, a finales del mes de diciembre de 2011, en sustitución de Gregorio Manzano, entre ellos Thibaut Courtois, toda la defensa y todo el centro del campo.
Ese es el caso de Juanfran Torres, Joao Miranda, Diego Godín y Filipe Luis, la zaga más habitual en el esquema del entrenador, y de Koke Resurrección, Gabi Fernández, Tiago Mendes y Arda Turan, el medio campo tipo del técnico actualmente, además de Adrián López, que fue el sábado el primer recambio al que recurrió el preparador.
Además, Diego Costa militaba en el equipo, pero se recuperaba de rotura del ligamento cruzado y se marchó cedido medio año al Rayo, en enero de 2012. También Raúl García pertenecía al Atlético, aunque jugaba a préstamo ese curso en el Osasuna, del que volvió en verano para convertirse en un hombre importante en el equipo rojiblanco.
Sólo David Villa y José Sosa, de los catorce futbolistas que saltaron al césped en algún momento del encuentro decisivo de este sábado en el Camp Nou, aún no había iniciado su aventura en el equipo hace dos años y medio, en el momento en que Simeone asumió el cargo, en el que ha sumado un botín de cuatro títulos: una Liga Europa, una Supercopa de Europa, una Copa del Rey y una Liga, por ese orden.
Desde el primer trofeo, la Liga Europa conseguida el 9 de mayo de 2012 en el estadio Nacional de Bucarest ante el Athletic (3-0), sólo un jugador de la alineación inicial aquel día ya no sigue en el Atlético: el colombiano Radamel Falcao, su goleador los dos cursos anteriores y traspasado al Mónaco al final de la pasada temporada.
El resto, línea por línea, están en el club. Y siete figuran en el actual once tipo de Simeone: el portero Courtois; los defensas Juanfran, Miranda, Godín y Filipe Luis y los medios Gabi y Arda Turan, además de Mario Suárez, que alterna el equipo titular con el banquillo con Tiago Mendes; Adrián y Diego Ribas, suplentes ahora.
Los fichajes y salidas de cada verano, sin tocar apenas nada de la base de la plantilla, salvo el citado Falcao, han mejorado año a año la competencia interna en el equipo, un factor en el que ha insistido el técnico argentino cada final de temporada a la hora de reforzar un conjunto que ha crecido de forma imparable año a año.
De la Liga Europa de 2012 a la Supercopa continental de ese año, de la Copa del Rey de 2013 a la Liga 2013-14, con un sentido colectivo y una mentalidad ganadora irrenunciables y con un estilo imponente, con una férrea fortaleza defensiva, intensidad, contragolpe, estrategia, un manejo de los espacios extraordinario y un rigor táctico de máxima complejidad para todos sus adversarios.
"(Este título) significa que se puede ganar de distintas maneras, que todas las opciones para jugar son buenas, que las características de los jugadores son las que prevalecen dentro de los equipos... Este triunfo habla de que se puede jugar de distintas maneras y nosotros hemos ganado de una manera diferente a las que nos acostumbran el Real Madrid y el Barcelona", dijo Simeone minutos después del empate frente al conjunto azulgrana en el Camp Nou.
"Es una gran oportunidad para un montón que se animarán a partir de este trabajo que el Atlético de Madrid en conjunto ha hecho", continuó el técnico, cuyo equipo culminó "un año grandioso en la Liga" con el éxito de un estilo, un proyecto y, sobre todo, un grupo, que "cuanto más grandes son los desafíos, mejor" responde.