El coro de Longobardo abre sesión en una noche que promete emociones fuertes y que acoge a un público bullicioso ante lo que está por disfrutar. El tango gaditano irónicamente le canta al pudiente, deseando “que se vayan los sin techos y se queden los sinvergüenzas”.
El desafío catalán nuevamente se da cita en las tablas del Falla recomendando salir de su tierra. Los incondicionales interrumpen más de lo que debiera entre copla y copla.
Le sobró las entradillas del presidente de la Cámara. Unos políticos que cumplieron con su actuación. Poco más.