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El pobrecito hablador

El Poder de la A

La A en las siglas de un partido centralista es el mismo engañabobos de añadirle Bio a una marca de leche

Publicado: 18/07/2018 ·
19:51
· Actualizado: 18/07/2018 · 19:51
  • Con A de Andalucía. -
Autor

Francisco Palacios

Palacios es matemático y programador. Publicó su único libro hace ya unos años y sigue siendo el autor más leído de su calle

El pobrecito hablador

Escribo sobre lo que me gusta, pero sobre todo sobre lo que me disgusta, como un grito desesperado para no ganarme una úlcera

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Existen caracteres, símbolos y señales con un poder especial, algo que nos eleva o nos atemoriza, nos alegra o nos saca las lágrimas. Ahí están la esvástica, la S de Superman, la cruz, la bat-señal, y la letra A.

Sí, la A, el palito que nos hartamos de escribir cuando llegamos a la escuela, recuerdo de la primera letra del alfabeto árabe. Porque los buenos electrodomésticos son los A, las pilas que más duran, las A, y si quieres engañar a todo un pueblo, añade una A a las siglas de tu partido, y con ese simple gesto serás capaz de tapar tu subordinación a intereses bastardos de más allá de Despeñaperros, y hasta serás capaz de cecear sin desmayo ni sonrojo.

La A en las siglas de un partido centralista es el mismo engañabobos de añadirle Bio a una marca de leche. Es el intento de esconder cuál es el verdaderos amo, y suele venir acompañado por desmedidos besos a la verdiblanca, exagerados intentos de playback cuando suena el Himno de Andalucía, y farisaicos abrazos a la figura de Blas Infante. Todo en vano; les cae tan apretado el traje que a la mínima se les saltan las costuras, y quedan desnudas sus vergüenzas centralistas, rindiendo vasallaje al verdadero amo, al que mueve los hilos desde la capital del Estado.

Hasta la A ha sido importante en esta primarias de la Señorita Pepis del PP, unas primarias que llevaban camino de encumbrar al velozmente preparado Casado, hasta que los militantes andaluces le han dado la vuelta a la tortilla y han puesto en cabeza a la representante del aparato más duro de la casa. Y es importante entre unas filas moradas que andan a la gresca entre los que quieren un partido con poder real en Andalucía, y los que quieren mantener el statu quo de la cosa.

Yo siempre he tenido claro que la defensa de los intereses andaluces no puede venir ni desde la derecha cortijera y señorita, ni desde la pseudo-izquierda sumisa al ordeno y mando madrileño. Un verdadero Poder Andaluz debe tener su raíz aquí, y ser capaz de despertar conciencias desde la izquierda. El Poder de la A necesita menos toreros y más raperos, menos folclóricas y más escritores. Menos campiñas y olivares y más científicos y orgullo. Menos Anestesia y más Andalucía.

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