La Unidad Onco-Hematología-Anatomía Patológica del Hospital de Valme de Sevilla, que dirige Eduardo Ríos, ha completado la implantación de un sistema de Hemovigilancia con el objetivo de incrementar la seguridad transfusional mediante la reducción de efectos adversos y el uso adecuado de la sangre y sus componentes.
La hemovigilancia es el conjunto de medidas que permiten detectar, registrar y analizar la información relativa a las consecuencias adversas inesperadas de la transfusión sanguínea. Precisamente, los sistemas de Hemovigilancia están dirigidos a incrementar los niveles de calidad y seguridad de la transfusión a lo largo de toda la cadena, desde que se produce la extracción hasta la transfusión.
Desde la Unidad de Transfusión, el equipo de profesionales ha puesto en marcha los procedimientos para una correcta hemovigilancia mediante la notificación de toda reacción adversa e incidentes, más la aplicación de medidas correctoras y preventivas. Para ello, se ha completado ya la implantación del sistema de cierre transfusional, tanto en Valme como en el Hospital del Tomillar.
En concreto, se diseñó un programa de información y divulgación dirigido al personal facultativo y de enfermería de todos los servicios y unidades. La coordinación de este sistema la ha llevado a cabo el enfermero de Hemovigilancia, Rafael Gil. Esto ha supuesto un esfuerzo por parte de todos los profesionales pero ha aportado más seguridad y calidad al acto transfusional. Dentro de este proyecto se ha actualizado, además, la Guía Transfusional del centro, cuyo objetivo es adaptar al medio las recomendaciones de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea.