Desde EQUO Arcos anuncian su oposición al proyecto de construcción de una playa artificial en El Santiscal. Tras asesorarse, estudiar “los perjuicios” que conllevaría esta playa a nivel social, económico y medioambiental, y hablar con los vecinos, dan un paso al frente para decir “No a la playa”, como figura en el lema del cartel de la campaña.
El Ayuntamiento de Arcos ya tiene presupuestado y aprobado 200.000 euros para construir la playa artificial, según EQUO, que asegura que para el equipo de Gobierno es una inversión necesaria para revitalizar el sector turístico. No obstante, el ejecutivo asegura, como se publicó hace unos días, que la inversión para este proyecto es de 100.000 euros. De hecho, así queda reflejada en la tabla de inversiones dentro del Presupuesto General del municipio para 2014.
El portavoz de la organización política en Arcos, Rafael Gil, explica que “se podrían invertir esos 200.000 euros en otras necesidades más urgentes para los arcenses, pues sigue habiendo gente en riesgo de exclusión social”.
Además añade que el Ayuntamiento debería invertir ese dinero en crear más cursos de formación profesional, para potenciar el turismo que ya tenemos (el del patrimonio histórico del casco antiguo), o para apostar por un turismo sostenible, basado en la explotación de las vías y caminos que rodean el término municipal. “Todo sería mucho mejor que seguir apostando por un turismo simplista, ladrillista y de difícil ubicación en nuestra provincia, con la costa a tan sólo 40 minutos de Arcos”.
Desde el punto de vista social, según EQUO hay que recordar la oposición frontal de los vecinos que viven en los alrededores de la zona donde se ubicaría la playa. Manifiesta que no comprenden la política como imposición, sino como consenso, por lo que no entienden que el Gobierno de PP-Ai-Pro “ignore las demandas de los vecinos e imponga la playa habiendo una mayoría de vecinos en contra”.
“A pesar de que el Gobierno venda el proyecto como una oportunidad para sanear la zona y en la que no se vería afectado el entorno natural, EQUO desconfía de esta nueva sensibilidad ecológica del Gobierno municipal. Rafael Gil expone que “están pensando más en el rédito económico y electoral que les reportará la creación de la playa artificial que en el impacto medioambiental que la construcción de la playa pueda ocasionar”.
También puntualiza que en la zona donde se proyecta la playa hay nidos de gallinetas y otras aves fluviales, y una flora muy rica que desaparecería del lugar, ya que acotarán la zona artificialmente con cemento y postes.
EQUO, como partido ecologista dice no a todo lo que afecte a la fauna y flora del municipio. Manifiestan que el embalse ha de cuidarse como un entorno natural único, lleno de posibilidades para explotar sosteniblemente, y añade que el único turismo que debería llegar al embalse es aquel que ama y respeta la naturaleza, y no aquel que ve una oportunidad económica para construir un chiringuito, que contribuirá a la contaminación de las aguas, a la contaminación acústica y a la crispación social de los vecinos de la zona, según la opinión de EQUO.