El Brujo encarnó a este personaje mítico aunque muy real, nacido de una pluma anónima y que consiguió adaptar al teatro de manera magistral el fallecido Fernando Fernán Gómez. Se trataba de un espectáculo inscrito en el Circuito Andaluz de Teatro y Danza de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y durante toda la representación se oyeron las risas del público que llenaba la sala ante las situaciones que se describían, duras y humorísticas a un tiempo.
La obra fue todo un éxito, el teatro estaba abarrotado. Las carcajadas y los aplausos estuvieron presentes durante toda la actuación gracias a la magistral interpretación de El Brujo, quien se volcó en su público, como en cada uno de sus espectáculos, estando pendiente hasta del más mínimo detalle, con el objetivo de hacer disfrutar a las personas allí presentes y conseguir por unos momentos olvidarse un poco de la rutina diaria, a través de una amena y distendida representación.
Rafael Álvarez dijo de la obra que El Lazarillo trata de la marginación, del hambre y de la vivencia dura de la infancia. Los paralelismos entre el mundo del infante que acompaña al ciego y la situación de tantos niños del tercer mundo que mueren de inanición son realmente obvias. La historia se repite una y otra vez”.
El Lazarillo de Tormes es una de las obras que apuntalaron la fama del conocido como El Brujo, veterano actor que se dio a conocer en televisión en los años 80 pero que se ha convertido en uno de los mayores referentes del teatro español gracias a este personaje y a otros como es el caso de El Avaro, El Arcipreste, San Francisco o El Quijote, entre otros, que hicieron que Álvarez se consolidase como artista en el panorama actual.